Art Nouveau, de Bruselas a Glasgow

22 Jan 2013

Por Sharen Custer, experta de 62days

Las personas que buscan comprar y vender antigüedades a menudo se encuentran ante una gran cantidad de estilos artísticos y descripciones con los que no siempre están familiarizados. Uno de los movimientos artísticos sobre el cual mucha gente tal vez no sepa demasiado es el Art Nouveau, por lo que aquí presentamos nuestra guía rápida sobre la historia de este estilo de gran importancia histórica.

 

Orígenes

El movimiento Art Nouveau, conocido en España y América Latina como Modernismo, debe mucho a William Morris (1834-1896). Este personaje desafió de una manera feroz a los valores estéticos imperantes a mediados de la era victoriana, condenando el uso de maquinaria y la equivocada división del trabajo, con su consiguiente pérdida de humanidad. Sin embargo, otra fuente de inspiración fue la conquista colonial de Oriente, que abrió los ojos de Londres, París y Bruselas a un mundo artístico nuevo y desconocido hasta el momento.

En Londres, Liberty & Co abrió una tienda de venta de productos importados de Oriente. En París, Samuel Bing (1838-1905) se especializó en grabados orientales antes de montar su propia tienda llamada L’Art Nouveau. Gustave Serrurier-Bovy (1858-1910) abrió una tienda de artículos decorativos en 1884 en Lieja, importando piezas principalmente de Japón y también de algunos otros países de la región. Este contacto con el lejano Oriente, que también influyó en pintores contemporáneos como Vincent Van Gogh (1853-1890) y Paul Gauguin (1848-1903), condujo a los artistas a mirar la naturaleza de una forma distinta. Es interesante señalar que el comportamiento social también estaba experimentando un cambio significativo en esos momentos, lo cual se vio reflejado en la moda y en la liberalización de la sociedad.

Se puede afirmar que el Art Nouveau fue un movimiento completo, cuyo objetivo principal era cambiar el orden del arte antiguo y crear una nueva escuela. No hay un solo arquitecto, artista o diseñador que, por sí mismo, represente al conjunto del movimiento. Cada escuela tiene su propia manera de interpretar el estilo. Por ejemplo, en Francia, Bélgica y Alemania el Art Nouveau fue especialmente exuberante y fastuoso hasta el extremo, mientras que en Austria, Inglaterra y Escocia se caracterizó por ser un estilo muy sobrio y sosegado. Ahora bien, en todos los rincones del mundo en los que se desarrolló el Art Nouveau se aprecia una característica común: tenía que presentar un diseño armonizado; todos los elementos, hasta los detalles más pequeños del interior de los edificios, tenían que corresponderse unos con otros y estar vinculados entre sí. Se basó, en definitiva, en un concepto de diseño total.

 

El Art Nouveau belga

El largo reinado de Leopoldo II de Bélgica (1835-1909) proporcionó un contexto favorable para el desarrollo del Art Nouveau en el país. En esos momentos, Bélgica era un país muy joven y poseía un panorama industrial muy activo. La investigación y el comercio se promovían activamente, lo que favoreció la aparición de una clase media relativamente numerosa y próspera. Bélgica fue como un crisol para el nuevo estilo y, al mismo tiempo, el principal país de unión entre Inglaterra y Europa.

El Aesthetic Movement (“Movimiento estético”) dio a Inglaterra una ventaja de salida con respecto a la Europa continental en la búsqueda del nuevo estilo. Sin embargo, fue en Bélgica donde esta nueva propuesta dio resultados inesperados. Bruselas era un centro muy importante para todas las nuevas ideas que circulaban en la Europa del momento. En 1884 ya se había formado un grupo, llamado The Twenty (“Los veinte”), organizado por Octave Maus (1856-1919). Su objetivo era atraer a artistas jóvenes y progresistas de toda Europa a la ciudad. La primera exposición anual de trabajos de vanguardia europeos de este grupo contó con Auguste Rodin (1840-1917), creando sensación de forma inmediata. En la exposición de 1892, sus obras de arte decorativas se mostraron al mismo nivel que la escultura y la pintura. Esto supuso un impulso nuevo, puesto que las artes decorativas tradicionalmente se habían considerado inferiores a las bellas artes. Estas exposiciones se llevaron a cabo anualmente hasta que el grupo se disolvió en 1894.

En 1893 el ingeniero Emile Tassel encargó al arquitecto Víctor Horta (1861-1947) la construcción de una residencia privada en Bruselas (hoy un icono de la arquitectura modernista temprana). Horta revolucionó el diseño mediante el uso de hierro y hierro fundido. Vinculó la estructura de la casa y su decoración interior con la creación de un lenguaje decorativo basado en motivos arabescos. Horta colgó un farol acristalado encima del hueco de la escalera de la casa, cerrando el espacio con largas cintas que se enroscan unas con otras y se elevan como llamas al azar desde la parte inferior. La decoración interior, incluso en los detalles más minúsculos, presenta una unidad remarcable con la línea arquitectónica, la cual se transfiere al mobiliario. Los muebles que Horta diseñó se hicieron de forma individual a la medida de cada cliente y ninguno de estos diseños fue pensado para ser producido en masa. En sus estructuras arquitectónicas utilizó principalmente ladrillo, piedra, hierro y hierro fundido.

El trabajo del arquitecto y diseñador de muebles Gustave Serrurier-Bovy contribuyó a establecer vínculos entre Bélgica e Inglaterra. Al principio de su carrera, viajó a Inglaterra para asistir a cursos de artesanía, volviendo con ideas de un mobiliario sencillo pero bien construido, influencia del Arts and Crafts Movement (“Movimiento de Artes y Oficios”) y del Aesthetic Movement. En su tienda de Lieja vendió sus propios muebles, así como otros importados de Inglaterra. También consiguió un permiso para vender muebles fabricados (o más bien comercializados) por Liberty. En 1894 era, de hecho, un diseñador de muebles reconocido y expuso en la exhibición La Libre Esthetique. Diseñó un interior completo inspirado en el estilo neogótico inglés.

Además de los arquitectos, los pintores y escultores también empezaron a fabricar objetos para el hogar. El pintor Willy Finch (1854-1930) comenzó a producir cerámica y Fernand Dubois (1869-1952) escultura. Materiales no tradicionales estaban siendo utilizados en la producción de los objetos decorativos del momento; por ejemplo, maderas oscuras del Congo se mezclaban con metal trabajado. Las dos últimas principales exposiciones de Art Nouveau fueron la exposición de Turín en 1902 y la exposición de Bruselas en 1905. Las curvas florales características del estilo se volvieron menos pronunciadas y los objetos pasaron a ser más geométricos, abriendo así el camino al Art Deco, que llegaría después de la Gran Guerra.

 

El Art Nouveau francés

Durante la mayor parte del siglo XIX, Francia fue un país atrasado desde el punto de vista de los estilos artísticos. La introducción al Art Nouveau también se produjo aquí principalmente a través de la arquitectura, y sólo después pasó a muebles y objetos decorativos. Uno de los mayores éxitos del Art Nouveau fue su capacidad para integrar el mobiliario con los interiores. Antes de la primera década del siglo XX, los muebles eran por lo general diseñados de forma individual y luego montados en el típico interior del siglo XIX, haciendo caso omiso de la armonía. Si bien era posible encontrar todo tipo de muebles, la gente tenía que buscar el estilo y diseño a juego para completar la decoración de una sala de recepción. Esto explica que los ebanistas tradicionales no vieran el Art Nouveau con buenos ojos, puesto que este estilo iba en contra de su creencia básica de que todo mueble debía ser ante todo funcional y estar bien construido, quedando la decoración relegada a un segundo plano. El nuevo movimiento, por el contrario, daba prioridad a la decoración, llegando algunas veces incluso demasiado lejos con la creación de objetos excepcionalmente extravagantes y no siempre funcionales.

El deseo de reunir distintas áreas del arte para crear un interior moderno también se reflejó en la forma en que galerías y tiendas fueron arregladas. La inauguración oficial de la tienda L’Art Nouveau en París, propiedad de Samuel Bing, fue uno de los eventos más espectaculares de la historia del movimiento. En ella se mostraban objetos producidos utilizando una gran variedad de técnicas distintas y organizados formando espacios que recreaban los interiores de las viviendas, para así inspirar y dar ideas decorativas a los compradores. Henry Van de Velde (1863-1957) diseñó los espacios y una serie de pintores crearon las decoraciones, entre ellos Maurice Denis (1870-1943), Theo van Rysselberghe (1862-1926) y Henri de Toulouse-Lautrec (1864-1901).

En Francia, la Escuela de Nancy fue preeminente en el diseño y la fabricación de mobiliario Art Nouveau. Reunió a un grupo de diseñadores de gran talento, como Louis Majorelle (1859-1926), Emile Galle (1846-1904), Jacques Gruber (1870-1936), Eugene Vallin (1856-1922), Camille Gauthier (1870-1963 ), Henri Hamm (1871-1961), Louis Hestaux (1858-1919) y Justin Ferez (1870-1920), entre otros. El arquitecto Emile André (1871-1933) también diseñó una línea de muebles para que se adecuara a los interiores de sus edificios. Colaboró extensamente con Victor Prouve (1858-1943), Ernest Wittmann (1846-1921), Alfred Finot (1876-1946), Ernest Bussiere (1863-1937), Charles Fridrich (1876-1962) y los hermanos Daum, entre otros. La principal característica del Art Nouveau desarrollado en Nancy fue el uso de motivos naturales, en concreto diseños de flores y plantas reproducidas de forma realista. El mobiliario producido por Louis Majorelle (1859-1926) entre 1898 y 1908 es el mejor ejemplo de este estilo.

 

La escuela de Glasgow

De 1895 a 1900 el estilo Art Nouveau se extendió rápidamente por toda Europa. En Glasgow se alejó de los lujosos diseños florales y la exuberancia de los estilos belga y francés, yendo hacia una geometrización de la forma y creando, en definitiva, un estilo propio distintivo. Un evento en particular tuvo un impacto decisivo en el estilo de Glasgow. Francis Henry Newbury (1855-1946) fue nombrado director de la Escuela de Arte de Glasgow en 1885. Éste alentó activamente a sus alumnos a adoptar una filosofía de diseño que no se basara en ningún estilo anterior. Esta escuela fue considerada como la escuela de diseño más progresista de Europa hasta que se estableciera la Bauhaus mucho tiempo después.

Charles Rennie Mackintosh (1868-1928) fue la figura principal del Art Nouveau de Glasgow. Asistió a clases nocturnas en la Escuela de Arte de Glasgow. Viajó por Italia y luego comenzó una prolífica carrera como arquitecto. Diseñó edificios tan famosos como el edificio del Glasgow Herald Tribune, el Queen Margaret Medical College y la reconstrucción de la Escuela de Arte de Glasgow, considerada su obra maestra. Pero, sobre todo, Mackintosh se distinguió como diseñador de interiores, muebles y objetos decorativos, los cuales siempre parecían correctos, sin adornos innecesarios. El estilo de Mackintosh incorpora motivos florales estilizados y estuvo muy influenciado por el potente estilo inglés Arts and Crafts (“Artes y Oficios”). Entre 1898 y 1904 Mackintosh dio preferencia a los muebles pintados de blanco con toques de plateado, malva y verde. Durante este período diseñó más de 400 objetos, desde sillas a cubertería. Su arte se hizo cada vez más abstracto y geométrico, y todavía a día de hoy sigue siendo elegante, sofisticado y excepcionalmente atractivo.

En la actualidad el mobiliario Art Nouveau es una mercancía muy codiciada entre aquellos que buscan comprar y vender muebles antiguos y está muy bien posicionado en el mercado coleccionista. El movimiento, cuyas raíces se encuentran en estas ideas de finales del siglo XIX, se ha convertido en uno de los estilos artísticos más reconocibles y ha colocado a sus progenitores entre los nombres más importantes del mercado moderno de antigüedades.